Un días mas que amanece en el país del sagrado
corazón , una mañana tenue y fría pinta en el horizonte, los nubarrones a lo
lejos anuncian un día lluvioso y los reportes de las noticias hablan de la continuidad del paro nacional
agrario que el gobierno se atreve a desconocer. Mientras
tanto en las centrales de abasto algunos
productos empiezan a escasear y por ende a encarecer; y nuestros campesinos siguen apostados en las vías
levantando su voz de protesta, generando
ruido y resonancia, para elevar su clamor ante los dirigentes de la
nación y hacerse sentir, en aras de exigir y demandar sus derechos a una vida
digna en el campo; porque la existencia en el, de un tiempo para
atrás se ha vuelto difícil, se ha hecho
inviable y dura de llevar, desde que al país empezaron a ingresar los mismos
productos que ellos cultivan pero a precios mas bajos, entre otras vicisitudes.
Como no recordar
cuando con bombos y platillos las
administraciones de turno desde Gaviria,
Samper, Pastrana, Uribe al cuadrado y santos hoy; anunciaron las bondades de los acuerdos de
libre comercio y establecieron la
apertura liberal, abriendo las puertas
del país a los famosos TLC que hoy arrojan como resultado la quiebra
de muchos campesinos; hermanos de sangre
y estirpe colombiana, los mismos que durante años, muchos años atrás, en su tradición de cultivadores; han sido
los responsables de que en nuestras mesas se sirva el arroz, la
papas, las verduras y muchos alimentos
que consumimos diariamente en
este el país del sagrado corazón…..y que
hoy en las vías piden soluciones a sus peticiones.
¿Cuales son sus exigencias y demandas? la dignificación del campo
colombiano, que se traduce en la oportunidad de cultivar con igualdad
de oportunidades.
Que hacer nosotros
lo citadinos, los homos urbanos, los que habitamos la gran mancha gris de cemento que acostumbramos a llamar ciudad.
Por que no un
cacerolazo citadino, una bullaranga urbana de apoyo y solidaridad para con
ellos. También son nación, gente
tricolor que vive en diversos
lugares de la geografía colombiana, que con su identidad construyen territorio; pero sobre todo, nuestra subsistencia en
parte se debe a ellos.
Aquí la bella
canción de Oscar Humberto Gómez el
campesino embejucado, compuesta en el 2001
y que a través de su ritmo de bambuco y guasca canta con sus palabras una realidad del
campesino en un capítulo de la historia del país. Cuando al labriego se le desterraba por uno u otro actor del
conflicto yendo a migrar a las ciudades
y engrosar los cinturones de miseria.
“Me tiene arrecho
con tanta jupuerca preguntadera de que
color es mi bandera, que si yo soy godo o soy liberal, me tiene Berraco con
tanta jupuerca averiguadera que si soy eleno, que epelo siquera apoyo a la Auc
o soy de las Farc”
http://www.youtube.com/watch?v=AK5Zt76rN44