La fiesta de la Democracia en Villavicencio
Aquel nueve de marzo Cristina salió temprano de su casa, en su mano llevaba la camisa fucsia que le habían entregado para distinguirse como pregonera. El clima electoral en Villavicencio amanecía un poco agitado.
Bajo la loma divisando la ciudad a lo lejos mientras su pensamiento se enfocaban en la oportunidad para trabajar una vez mas como pregonera. El sol naciente en el oriente anunciaba un bello día despejado.
Al llegar al sitio acordado se encontró con sus vecinos de barrio; algunos tenían puesta la misma camisa que ella llevaba en sus manos; otros lucían colores diferentes para cumplir igual función de pregoneros con otros candidatos.
Cuando llego su superior y los organizo armaron un tumulto fucsia sobre la carretera
Su misión hacer bulla, gritar, cantar, pegar stickers, jalar la gente, entregar volantes, alzar banderas y generar un ambiente de victoria por parte de su candidato. Cristina junto a sus amigos se ubicaron cerca a las entradas del puesto de votación con la intensión de hacer gala de la psicología de masas y persuadir a los electores a la hora de votar con sus palabras.
Junto a sus amigos contrincantes empieza la rumba de la democracia; se agitan las consignas, suenan los tambores, retumban las cornetas y se elevan las banderas de colores. El jubileo y la alegría del tumulto engalanan la jornada electoral producto de su esfuerzo y energía colectiva; jubileo que ha de durar hasta el final de las elecciones cuando llega la paga y el aliento del cuerpo se disipa.
Cristina es desplazada del suroriente del departamento del Meta, lleva haciendo este noble oficio durante años sin importar el trinar de las consignas y el color de la bandera. Lo único que importa para ella es la paga, el almuerzo y refrigerio que se gana por agitar y arengar el día de las elecciones.
En estos tiempos en que abunda el desempleo y la falta de oportunidades ser pregonero se convierte en una oportunidad para trabajar. Por lo menos se divierte y se gana un poco mas que con la venta de la piña. Ella sabe que su suerte no cambiara en los años venideros. Hace unos años alguien sin miedo le prometió cambiar su caja de dientes y eso se quedo en veremos, como en veremos quedo la ilusión de una vivienda digna prometida por antiguos mandatarios.
Pero a pesar de esto y la incertidumbre de su vida; el aliento le da para gritar y agitar en la jornada electoral. De una u otra forma esos pesos sirven para llevar algo de comer a su familia.
Al final de la jornada;cada uno vuelve a su casa con la consigna del deber cumplido; para encontrarse juntos en las calamidades propias en la vida de su barrio. Esperando las próximas elecciones para un día posible de trabajo, cargado de consignas, alegrías, amores y desamores en esta la FIESTA MACONDIANA DE LA DEMOCRACIA.
Como dijo el poeta urbano.-
Hay van los pregoneros
Con su banderas de colores
En su rostro se dibuja la fiesta de la democracia
Llevando el sudor de su cuerpo en su agitar.
Geografia Visual y deriva urbana.
http://www.youtube.com/watch?v=tMhkA4wf1LQ