viernes, 30 de mayo de 2014

LA HORRIBLE NOCHE


Cuando se disipo la ilusión todo estaba consumado. Había llegado la horrible noche; el periodo presidencial se había postergado a un cuarto de siglo y lo que era medianamente felicidad y libertad, se transformo en miedo, vigilancia, control y obediencia. Paso tal cual como lo expreso el viejo poeta. Primero fueron  las promesas de un nuevo camino que nos llevaría a un  paraíso de abundancia; donde los ríos de leche y miel inundarían el bienestar de todos. Propusieron la pacificación del territorio para justificarla paz  camuflando  su propósito de  venganza personal.  

La palabra democracia fue clausurada y condenada a simple recuerdo del escudo nacional. En su lugar se instauro como una fina pieza de relojería un espejismo de elección, con el cual ellos creían que votaban bajo la idea de sufragio universal. Pero lo que no sabían; es que cada cuatrienio, el mecanismo con el que se fabricaba la ilusión; el lo controlaría poniendo y  moviendo los candidatos a su antojo; con el fin de perpetuarse a través de su linaje y en  los años venideros; su esquizofrenia de poder. 

A los pocos días de recuperar su trono desato la mas cruenta guerra de la que se tuviera memoria. Se oyó el trinar de los cañones en el campo, retumbaron las explosiones en las calles; volvieron los reclutamientos, las batidas ilegales y con el tiempo aparecieron los muertos uniformados; mientras una larga estela de desaparecidos eran preguntados por sus madres con llanto desesperado. Se refundaron ejércitos privados. pronto llegaron las masacres,  y se vio bajar por los ríos  cadáveres sin nombres; acribillados y descuartizados. 

El destierro se volvió el pan de cada día. Los que alguna vez  con sudor  y sangre colonizaron extensas zonas del territorio nacional. Tuvieron que vivir la horrible  noche del destierro; dejando a tras sus lugares de hábitat y vivienda para vivir el martirio del desplazamiento en las ciudades;  muchos de ellos  condenados   a  invadir en la selva de concreto territorios públicos y privados para poder vivir dignamente.

La economía y el fisco nacional se volcó hacia la guerra. Impuso la jubilación y la pensión a los 70 años argumentando  que la expectativa de vida era alta y el sacrificio por la patria era menester de todos ellos.  El rebusque diario fue la angustia existencial de los desempleados y los pocos que consiguieron trabajo les rompieron el espinazo con los impuestos que habría que pagar para la guerra. La educación dejo de ser pública para convertirse en privilegio de unos pocos y  por decreto logro que el ibuprofeno y la acetaminofén fueran la receta  oficial de la salud de sus ciudadanos.

Aquella prensa que no se postro a sus pies  la persiguió hasta los últimos rincones de la patria. Ultimada y vilipendiada, fue sustituida por nuevos periódicos y noticieros  que fabricaban  noticias a su acomodo  y confeccionaban historias fantásticas para desviar la atención de lo que pasaba en su guerra a muerte por la pacificación del territorio.

Los que lo enfrentaron con  valentía y no se sometieron a su embrujo autoritario, les aplico el peso de los tres hierros. Unos sufrieron el más largo encierro; otros fueron expiados a vagar como parias lejos de su tierra en un exilio sin retorno;  y  un sin número de compatriotas fueron condenados al entierro. La tranquilidad de la vida nacional se esfumo y se convirtió en aquella reminiscencia de un país tropical, que figuraba en las estadísticas  como el más  feliz del mundo.

Su obsesión de perpetuidad presidencial, nació el día que  no pudo cambiar el artículo  constitucional  que le daría el trono a perennidad. Cuando el consejo electoral le negó su artilugio de referendo, matemáticamente hizo cálculos y en sueños de deliro ensayo estratagemas posibles para no soltar el poder. Naufrago en los mares incognitos de oráculos  y  pitonisas con el fin de encontrar la fórmula exacta de llevar a fin su comedido; y no tuvo que esforzarse mucho porque su hechicero de oficio le indico el camino para seguir en el. Perpetuarse en el poder  sin ser elegido el. 

Intento con el más joven de su séquito, pero su antigua dama de hierro se le cruzo en el camino y le arrebato la aspiración a su pupilo. No tuvo mas remedio que optar por el niño rico del altiplano que había fundado un partido para el y llego a ser su escudero fiel. Juntos arrasaron en las urnas y celebraron con júbilo y soberbia nacional. 

Y cuando el no quiso ser su títere presidencial,  la rabia y la ira invadió su ser. Un grito de furia se escucho por todos los rincones de la patria; pero aun más  fuerte y psicodélico  fue el alarido, cuando supo que su títere fallido se la jugó por la paz y la reconciliación. Se sintió a desfallecer, un frenesí lo invadió, el pelo encaneció; le deseo todos los males habidos y por haber. Volvió a los cálculos matemáticos  y las alucinaciones de señorío. Se encerró en su mente oscura para tramar con filigrana su vuelta a la silla del poder; ya no para vengar al pariente muerto sino también vengarse de el.  Al fin y al cabo pensaba la presidencia  le pertenecían a el. 

Con un viejo astrolabio observo las astros durante noches buscando una señal del cielo premonitoria que le permitiera orientarse en su nueva gesta. Las cartas le vaticinaron un camino ponzoñoso  lleno de odio y mentira, cargado de sangre, dolor y sufrimiento. Su hechicero de oficio lo tranquilizo con cuentas siderales  y le profirió que solo había que esperar cuatro años de traslación para poder volver al poder.

El día que despertó a su desencanto se dio cuenta que en la soledad del poder no tenía tenia mas que su guardia pretoriana; y empezó añorar la cajita mágica mediática por donde trasmitía sus consejos comunitarios y encandilaba a la gente con su embrujo autoritario. Pero en un golpe de surte y por las vueltas de la vida  se le apareció un pajarito que le posibilito trinar su odio y venganza  a través de 140 caracteres en red.

Durante el tiempo que espero las traslaciones escribió con ponzoña y toxina, sembrando cizaña y resentimiento. Blasfemaba  y trinaba desde que se despertaba; injuriaba al caer la noche e inventaba todo tipo de noticias  con el fin de vituperar al otro. En sus cálculos infinitesimales de arrebatarle el poder; decidió construir su propio partido con la obsesión de volver al poder, con mano firme como ideología donde el era único timonel.

cuando asomo la cuarta traslación  comenzó  la cuenta regresiva, en su cálculo malévolo engolosino a su Vice con la banda tricolor para las presidenciales;  pero en el  camino  puso alguien de su más sumisa confianza que  fuera dócil y obediente a su obsesión de mando  y  estuviera dispuesto a  imitarlo y ser como el. (familia es familia y la sangre llama y el no estaba dispuesto arriesgar su empréstito otra vez).

Con su nuevo elegido se lanzo a la mas cruenta batalla para volver a capturar el poder, injurio, chuzo, calumnio y se impuso por encima de la ley, convirtiendo su política  en un espectáculo mediático;  ultrajando la democracia que tanto se engalanaba defender. Y con los trinos de su pajarito y  su pantomima maquiavélica, una buena porción de la población cayo rendida ante su juego mediático y se consumió en la quimera. Y esta  historia de ignominia que aun no termina y no supera la ficción, radica en que ellos, o EL, hoy están a las puertas de volver para consumar su obsesión  y reanudar la horrible noche nacional de sed y venganza con el fin de refundar la patria a su acomodo en su fanatismo de poder.


                                                                       No hay camino a la paz, la paz es el camino 

                                                                                                                          Gandhi                                                                

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