Siguiendo el sueño renacentista de Leonardo Davinci de volar como las aves y tener la sensación de planear con el viento; acepte la invitación de mi amigo Alexander Ramírez para votarme en Parapente desde el cerro de las antenas en el alto de Buena vista en Villavicencio.
Para los que lean esta pequeña crónica y contemplen las fotos en ella; les digo que vale la pena vivir la aventura y quemar adrenalina con el vuelo y el descenso que se hace desde esta parte de la cordillera. Solo hay que tener una dosis de valor, no tenerle miedo a las alturas y arriesgarse a tremenda aventura para sentir en carne propia el placer de volar libre como el viento. Se las recomiendo.
Al subir los 1000 metros donde se encuentra el sitio de despegue; uno se encuentra con la ciudad de frente; a lo lejos se contempla la inmensa llanura que pareciera no tener fines ni limites, mientras la gran mancha de concreto se disemina por los cuatro puntos cardinales; sobresaliendo el rio Guatiquia que serpentea y se bamboleá de lado a lado sobre su costado.
La ansiedad aumenta y los pulsos del corazón se aceleran - El instructor da las indicaciones técnicas para el vuelo. Lo sujeta a uno al arnés y prueba que este todo listo para salir a correr y despegar punto com. En tan solo unos segundos ya se esta en el aire y atrás quedan la sensación del vacío y vértigo ( el susto tipico de la aventura) mientras empieza el deleite y el disfrute del paisaje que se tiene en el horizonte.
Lo que se siente es ¡poderoso! Indescriptible, ojos, oídos y olfato se despliegan a lo largo del vuelo para contemplar con magnificencia el poder de la naturaleza que se traduce en viento nubes lluvia calor altura y montaña.
A medida que se desciende se contempla el espacio geográfico; la misma ciudad y sus dimensiones a lo largo y ancho, su morfología urbana, los edificios y casas pequeñas que se van agrandando cuando se desciende; los barrios lejanos;las geoformas que adopta el flanco oriental de la cordillera y la cuencas que se forman por las corrientes hídricas que bajan a través de ella. Uno siente que se va estrellar con los arboles y la misma montaña, los ve encima, pero la pericia del piloto hace que este planee de lado a lado con la fuerza del viento ascendente. El ruido que genera el parapente con el roce del viento es fuerte y se mantiene constante casi hasta tocar tierra. Al fondo las nubes sobre salen junto a las tonalidades verdes que adquiere el paisaje. La sensación de planear es total. Luego de unos minutos de estar volando con el beneplácito del viento la aerodinámica del parapente y la pericia del piloto viene el aterrizaje que no es para nada traumatico; los pilotos son experimentados en el arte de ubicar la intensidad y dirección de los vientos, manejar las turbulencias, los gradientes de temperatura; y otros avatares de la habilidad de volar con parapente; que implica conocimientos teóricos-prácticos en la preparación del equipo, el despegue y control de vuelo, los giros y el aterrizaje; Juan Carlos Díaz es uno de ellos piloto de pilotos, quien lleva muchos años de su vida en este deporte con quien tuve la oportunidad de hacer el Tándem o vuelo de a dos.
Y mientras volamos recordé las clases de climatología y meteorología en la Universidad Nacional con el profesor Daniel Pabón; cuando a través de dibujos y esquemas nos explicaba el funcionamiento de la atmosfera y sus fenómenos meteorológicos; entre ellos el comportamiento de una masa de aire en un territorio delimitado con los cambios en la temperatura, lo que propicia aires ascendentes que en el lenguaje parapente se conoce como térmicas; entendidas como masas de aire que ascienden a la atmosfera y se producen por la energía que irradia el sol sobre la superficie terrestre, y que varían de acuerdo a la misma composición, estructura y dinámica del territorio para absorber y liberar el calor, generando corrientes de aire y viento que son las que hacen elevar el parapente; fenómeno que esta asociado a las capas de la atmosfera y sus diferentes temperaturas y que los meteorólogos denominan como gradiente Térmico. A través de las térmicas se puede ascender a mas de 10 metros por segundo con el parapente. Las aves vuelan en circulo a través de ellas para ahorrar energía.
De chico subíamos con los amigos de la cuadra hasta lo alto de esta inmensa montaña. Solo lográbamos contemplarla en la dimensión frontal y lateral; verla desde arriba es construir una imagen tridimensional del espacio geográfico que habitamos para contemplarlo en su majestuosidad.
Cuando vea aves volando en círculo se seque estarán planeando a través de un gradiente térmico sobre lo alto del cielo; y su vuelo libertario evocara las imágenes y sensaciones de este épico vuelo cual sueño homérico de Ícaro y Dédalo.
Se los recomiendo.
Cualquier cosa se pueden comunicar con
Juan Carlos Díaz 3114495050
Alexander Ramírez 3212304524
Atreverse a volar.