lunes, 30 de abril de 2012

Trabajamos para vivir o vivimos para trabajar he ahí el dilema


“Llegara la hora  en que nuestro silencio será mucho más elocuente que las voces que ustedes estrangulan hoy”.
Esta fueron las palabras de Augusto Spies   antes de que se soltara el muelle que sujetaba la trampa de  caldaso que sostenía la soga para ahorcarlo. Su crimen, a ver defendido y organizado a finales del siglo XIX, a los trabajadores de las fábricas de  Chicago  para que exigieran y reclamaran ante  la  explotación y las condiciones de trabajo indignas al que eran sometidos por los patronos.
Ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de ocio  fueron sus demandas y sus consignas.

El primero de mayo es un homenaje al trabajador,  al  hombre, a  la  mujer que con su esfuerzo y su  sudor día a día produce. Es el día internacional de la clase obrera. Es un homenaje Augusto Spies y los mártires de chicago, que con su sacrificio y entrega ofrendaron sus vidas para que la gente no fuera explotado en sus jornadas laborales y conquistaran  sus ocho horas de trabajo.

Lastimosamente desde las últimas décadas del siglo pasado, se han vuelto a incrementar las horas de trabajo; y  las conquistas históricas de los trabajadores del siglo XIX y XX han venido siendo desmanteladas gradualmente, mientras se instala un régimen de trabajo  que cínicamente llaman  flexibilización  laboral  y  que no es más que la contratación  por poco tiempo  y muchas veces sin prestaciones sociales las cuales  tiene que asumir el trabajador.

Hoy campea el desempleo  en las ciudades colombianas y la informalidad es el sustento diario de millones de hogares, que en el trabajo del rebusque diario  llevan el sostén  a la familia, mientras  el  presidente de turno quiere aumentar la edad de jubilación de  las mujeres  a   62 años y  los hombres a 67 como si fuera un castigo divino el trabajar; mientras ellos los de cuello blanco, se endosan elevadas pensiones y aumentan su nivel salarial.

El primero de Mayo día del trabajo, día para conmemorar las luchas históricas de quienes ofrendaron sus vidas por mejores condiciones laborales; día de calle y lucha  para enarbolar las banderas de su causa, y entonar la consigna aún más vigente de  las 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio y 8 ocho de descanso y ocio

Vivimos para trabajar  o trabajamos para  vivir.



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