martes, 20 de noviembre de 2012

AYER PERDIMOS Y PODEMOS SEGUIR PERDIENDO


Los pescadores de San Andrés y los cayos a su alrededor ya no podrán dedicarse a su noble oficio  como lo hacían antes. El día 19 de noviembre del 2012, el mar al que se adentraban antes de que apareciera el sol en el horizonte y del cual obtenían su sustento  diario, cambio su extensión para ser parte de Nicaragua. La noticia nos consternó a los colombianos que impotentes escuchábamos y mirábamos las noticias en vivo de la resolución de la haya,  recordando  cómo una vez más en la historia nacional, se perdía territorio patrio.

Primero fue el desmembramiento de la recién creada e independiente  Nueva Granada por el año 1830, que por los apetitos de autonomía de las elites regionales  que forjaron  la independencia; desemboco en lo que hoy es Colombia Venezuela y Ecuador. Luego vendría la separación de Panamá auspiciada y fraguada por los Estados Unidos en el calor de la guerra de los mil días entre liberales y conservadores en 1903. Para sumársele  la expoliación de gran  parte del trapecio amazónico en el conflicto colombo peruano de 1932, que termino con el tratado  de Salomón-Lozano extirpando del territorio nacional una parte de la amazonia; culminando con la entrega en 1952 por el presidente Roberto Urdaneta Arbeláez  del archipiélago de los Monjes en aguas marítimas de  la península de la Guajira.

Pareciera que en nuestra corta historia de vida nacional el desmembramiento del territorio fuera una constante auspiciado por intereses  que se traducen en la búsqueda del otrora Espacio vital para garantizar acceso a recursos naturales.  Ayer fue  el mar de los isleños, de  los pescadores caribeños, de los sanandresanos, de los colombianos. Hoy se propone desacatar el fallo de la corte, mientras se examinan posibles salidas. Tenemos la filosofía de Maturana: “perder es ganar”.

Ojala a futuro no tengamos que lamentarnos por las concesiones hechas a las multinacionales y las potencias que andan detrás de tierras estratégicas en Colombia (Para muestra un botón nuestros llanos orientales). Estamos a tiempo de evitar  la balcanización del país.

Ojala que esa indignación y clamor que retumbo por todos los rincones de la geografía nacional ante la pérdida de mar;  también mire hacia adentro del territorio continental  de esta Chichombia que se la están feriando con el beneplácito  de unos pocos, pero sobre todo con el silencio elocuente de todos.

Pd. Ojala  nuestros gobernantes al igual que los Nicaragüenses tramitemos reclamemos y exijamos la devolución de Panamá, y parte del trapecio amazónico que se perdió.


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