Hoy cuando se cumplen 40 años de
vida del Colegio INEM Luis López de Mesa no puedo evitar escribir unas palabras
para una de las instituciones educativas por las que he
pasado en mi labor como docente y que
siento me aporto muchísimo en mi
crecimiento profesional.
Recuerdo nítidamente que llegue al Inem el 16 de febrero del año 2009 no se si por
cosas del destino o la divina providencia. Pero días antes cuando caminaba por las cumbres del nevado del Cocuy recibí
una llamada de mi madre quien me manifestó
que ya había sido escogido para ocupar una plaza pública como docente y solo
había que esperar a que sitio me
mandaban. Durante mi regreso pensé en la institución educativa en la que me
gustaría enseñar y en mi memoria se cruzaba el Inem sin conocer de él. Luego
recibí una llamada de la secretaria de educación preguntándome en que institución educativa me
gustaría enseñar; y después de
mencionarme varias que ahora no recuerdo, entre ellas se encontraba el INEM institución educativa por la cual me decidí.
El día que me presente llegue con
incertidumbre. Era la primera vez que
trabajaba en Villavicencio ejerciendo como docente. Al primer sitio que
arribe fue a unidad docente de donde me mandaron para la rectoría. Allí lleve
mi hoja de vida y me le presente a la rectora encargada María del Carmen. Luego
me dirigí al departamento de ciencias
sociales y me encontré con Irma, Comas y Nieto quienes amablemente me
mostraron el departamento, el colegio y además me ilustraron sobre el área de ciencias
sociales. Al otro día se acercó Hugo con
la típica pregunta con lo que lo reciben uno. Usted juega Futbol? Y de ahí en
adelante lo demás es historia.
Cuando arribe al Inem pensé que
mi instancia iba a ser corta. El año anterior tenía planificado un viaje por
América latina mochiliando, pero mi parecer cambio al optar por quedarme acompañado a mis padres y
permanecer un tiempo con ellos en Villavicencio. Pensaba que iba durar menos de
un año pero por ahí paso la cuenta;
desde el primer día el colegio me atrapo y me genero la inemtidad que
llevo en mi mente.
Hoy puedo expresar que tres cosas fundamentales guarda el INEM en su vientre entero y son un modelo de virtud y ejemplo para la
sociedad villavicense
La primera y más fundamental es su
gente la que habita en el diario
transcurrir del colegio en las horas de la mañana, en la tarde o en la noche; en los pasillos, salones oficinas y otros
lugares. Hablo de los estudiantes, de
los profesores, los administrativos y servicios generales; ellos, son la espina
dorsal de la institución, son el alma viva, los que llevan la voz cantante. Cada
uno es una pieza fundamental del
engranaje de su funcionamiento, son la materia prima con la que se construye la
identidad inemita, son componente básico y el calor humano que construye
comunidad educativa.
Los profesores que con sus saberes
disciplinarios contribuyen a la formación del estudiantado, y son parte vital
del colegio, el alma viva de la institución.
Los estudiantes que en su proceso de formación permanecen 6 años de su vida adquiriendo y construyendo los conocimientos
(perdón ahora se le llama competencia) pertinentes que les han de servir en su
vida.
Los trabajadores que con su energía
proporcionan el sostén de la institución
en su parte administrativa, en el mantenimiento,
avituallamiento y la seguridad. Que sería el INEM sin ellos sin su
esfuerzo cotidiano.
Y no podía faltar El club
deportivo que construye tejido inemita a través del deporte y nos hace
reconocer en nuestra condición humana como
sujetos. En los tres años que
llevo en él, he experimentado pero sobre todo observado, que a través las justas deportivas, queda aún lado el epíteto
de profe, administrativo o de servicios generales, para encontramos con lo
humano de nuestros actos, lo humano de nuestros sentimientos y reconocernos como inemitas, no por las
funciones sino porque al fin y acabo habitamos y convivimos en un mismo
espacio.
La segunda el colegio y sus instalaciones. Con orgullo se ha de
decir que el INEM es uno de los colegios más grandes de Villavicencio, es un
mega colegio dotado con toda una serie de equipamientos que posibilitan la
construcción de saberes y el esparcimiento de su gente, en su interior se
respira deporte (a pesar de que sus
instalaciones estén pasando por un mal momento) y lo mágico de su campus es que
los estudiantes y demás estamentos tiene
espacio para la libre circulación proyectando autonomía y libertad bajo el
manto de la responsabilidad.
La
tercera es la excelencia educativa
Más allá de los resultados del ICFES,
el INEM es una institución que educa para la vida, sus modalidades posibilitan
que los estudiantes escojan un área del saber de acuerdo a su gusto, sus
habilidades y sus perspectivas a futuro. Que le facilitaran adquirir unos
saberes con el cual podrán desenvolverse al
graduarse de la institución
Los aprendizajes que se imparte en sus aulas son de un calidad inimaginable y ni medible, son aprendizajes
que proyecta sujetos para la vida con mentalidad critica reflexiva y
propositiva. Y además en sus claustros la academia se culturiza y trasciende
los escenarios típicos del saber para
construir metáforas culturales que posibilitan la inhibición y el
descubrimiento de talentos más allá de la física, la química la biología o las humanidades para encontrarlos en el canto, la danza, el
teatro entre otros.
Por ultimo sobre decir que el
INEM es una academia por donde circula el libre pensamiento, se posibilita la creatividad en la didáctica y el ambiente pedagógico,
pero sobre todo donde sobresale la autonomía con responsabilidad, que es el
motor que enciende la voluntad de su gente y construye la sinergia necesaria
para que funcione cabalmente.
El colegio INEM hay que decirlo
en tono alto es patrimonio histórico de la ciudad, su campus es testigo de la
formación durante cuarenta años de
miles de estudiantes que pasaron por él.
Desde acá saludo a Lázaro un ejemplo digno de trasparencia pública en la
administración educativa.
Y un abrazo a todos los
estudiantes, a los profesores, administrativos y servicios generales.
Les deseo INEM para rato.
PD: Hoy aunque no esté en sus
claustros aportando conocimientos, con orgullo también sabré decir que llevo al
INEM en mi corazón.
Diego Andrés Díaz Jaramillo
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